Investigadores del CNIO descubren la relación entre la psoriasis y la pérdida de masa ósea

La formación de nuevo tejido óseo en la psoriasis no es suficientemente rápida como para renovar la masa ósea que se pierde con los años


La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que padece un 2,3% de la población de nuestro país, sobre todo varones. Una enfermedad hereditaria, pero nunca contagiosa, que suele aparecer cuando el paciente alcanza la segunda década de su vida y que se caracteriza fundamentalmente por la inflamación y descamación de la piel. Es más; dado el carácter inflamatorio de la psoriasis, los afectados también tienen un mayor riesgo de desarrollo del síndrome metabólico y, por tanto, de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Y a todo ello se aúna la progresiva pérdida de masa ósea que también sufren los pacientes, un efecto igualmente asociado a la inflamación y cuyo mecanismo ha sido descrito por primera vez en un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid.

Como explica Özge Uluçkan, coordinadora de esta investigación publicada en la revista «Science Translational Medicine», «hemos detectado que la psoriasis causa pérdida de tejido óseo de forma generalizada y progresiva. No se trata de una destrucción acelerada del hueso, sino que durante el ciclo de regeneración ósea no se forma hueso a la suficiente velocidad para renovar el que se pierde, por lo que la masa ósea de los pacientes se reduce con el tiempo».

Pérdida de masa ósea

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores emplearon un modelo animal –ratones– al que le habían retirado el gen ‘JunB’ de las células que forman la epidermis –esto es, los queratinocitos– para, así, simular los efectos de los trastornos inflamatorios cutáneos que, como la psoriasis, tienen lugar en los seres humanos.

En ausencia de este gen ‘JunB’, las células inmunitarias de la piel del ratón generan una gran cantidad de interleucina 17 (IL-17), proteína del sistema inmunitario responsable de la activación de la respuesta inflamatoria y que, como se ha observado en este estudio, viaja desde el tejido cutáneo hasta los huesos a través del torrente circulatorio.

Y una vez llega a los huesos, ¿qué efecto causa esta IL-17? Pues como muestra la investigación del CNIO, se une a los osteoblastos, esto es, las células responsables de la síntesis de la matriz ósea para que los huesos crezcan durante la niñez y la juventud, e inhibe la activación de ‘Wnt’, una vía de señalización celular que interviene en la formación del esqueleto y que está implicada en trastornos como la osteoporosis y la artrosis.

Durante el ciclo de regeneración ósea no se forma hueso a la suficiente velocidad para renovar el que se pierde. Özge Uluçkan

Por tanto, la pérdida de masa ósea en la psoriasis se explica por la producción excesiva por las células inmunitarias cutáneas de IL-17 y por la acción de esta interleucina sobre los osteoblastos del hueso. De hecho, el estudio muestra que la sobreexpresión directa del gen de la IL-17 en un segundo modelo de ratones genéticamente modificados también conlleva una pérdida progresiva de la masa ósea, así como que el bloqueo farmacológico de esta IL-17 permite la activación normal de la vía Wnt y, por tanto, la formación de hueso.

Y este efecto observado en los ratones, ¿también se produce en los seres humanos? Pues sí, dado que el estudio también ha podido constatar que una gran mayoría de los pacientes con psoriasis presentan pérdidas de masa ósea correlacionadas con un incremento de los niveles de IL-17 en sangre.

Más allá de la psoriasis

Además de mejorar el conocimiento sobre la enfermedad, la descripción del mecanismo que explica la pérdida de masa en la psoriasis podría tener importantes aplicaciones clínicas. Como refiere Özge Uluçkan, «tratar a los pacientes de psoriasis con agentes bloqueantes de IL-17, algunos ya comercializados, podría tener un efecto beneficioso sobre la pérdida de tejido óseo, a diferencia de otros compuestos que solo tratarían la inflamación cutánea».

Es más; los resultados también podrían tener implicaciones para otras enfermedades de carácter autoinmune. Como concluye la coordinadora del estudio, «IL-17 se ha convertido en un foco de atención para la investigación del sistema inmune. Su desregulación no solo está relacionada con la psoriasis, sino también con otras enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad intestinal inflamatoria y la esclerosis múltiple. Algunas de ellas se han relacionado con pérdida de tejido óseo, como en el caso de la enfermedad intestinal inflamatoria, cuyos pacientes la sufren en el 70% de los casos. Sería interesante investigar si IL-17 es responsable de este efecto secundario».